Aquella tarde invernal
de amor, las horas se enternecieron
el viento se escondió en lo prfundo del bosque,
resguardando así el ensueño.
Abrió sus alas el altivo gavilán,
arrullando a un gorrión contra su pecho
rompió la quietud de la tarde,
saltando entre los abetos.
Atardeció jugando a ser piel
rama prendida en tu fuego
la nieve.......
curioseando en la ventana,
descubrió nuestro secreto.
El rescoldo en el hogar,
avivándolo el tesoro de unos besos.
Aquella tarde invernal,
atrapado en la ternura
pude alcanzar el cielo. Carmen Duarte, Año1999
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