Entre la prisa y el ruido
entre el correr y los deseos
de este mundo,a veces,
tan mezquino
al viento te nombré
y por nombrarte te sentí
tan dentro de mi ser,
que mi alma fuiste
mi yo eterno.
Y de tal forma te me enredaste
en este pobre corazón, que de amor,
se dolía hambriento
que aún ocupas, a hurtadillas,
espacios que no deseo.
Lunas solitarias
lluvias pertinaces, de deseo,
arroyos cantarines
que aún se placen, de susurrarle,
tu nombre al viento.
Y en lo más profundo de mis sueños,
me lo recuerdan quedo.....
muy quedo.
Grabado en mi piel pervive
de pasión, besos y fuego,
de cómplices miradas
lo que pudo ser y no fue
¡silencio!
tu nombre rondando el olvido,
grabándose en mi recuerdo.
Carmen Duarte, Mayo 2013