lunes, 19 de marzo de 2012

SIN TÍTULO




Allí en donde nadie llegó
entraste con cautela, de puntillas
y en la tierra fría y desolada
plantaste una semilla.
Desvelaste un pensamiento
un halo fugaz de alegría
y dos haces solitarios,
rebosaron de caricias.
No te pudo postergar el tiempo
ni de la distancia, su divisa.
Allí quedó palpitante
el torrente desbordado de tu risa
y aún se percibe el rumor
de las aguas delirantes del encuentro
en donde fue navegando la dicha.
¡ Destino a deshora !
Allí en donde nadie llegó
quedó por siempre , tu esencia cautiva
velando en cada luna
de ese oasis ilusorio,
que de tu brisa
un suspiro enamorado,
consiguió darle la vida.


                                                                    CARMEN DUARTE,  Año 2000


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