lunes, 30 de abril de 2012

SOLEDAD




Dormí un sueño blanco
y te esperé.
Me soñé pura y virgen
como entonces, 
virgen entre los sueños de la añorada juventud.
No quise espejos delatores,
ni finos peines nacarados.
Mi cabello se tornó ralo,
ajado mi corazón.
Te soñé y aún espero
anclada en la vida,
sintiendo el paso de las brisas ajenas
reseco el vientre,
viejos los años
cansados de esperanzas viejas.
Labios, sedientos, de besos
que nunca llegaron.
firmes, en la tierra, mis raíces están
en la profundidad de este bosque perdido, 
en donde el olvido, me envuelve con su manto de eternidad.


                                                                    Carmen Duarte, año 2012                                             

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustan tus palabras, aunque tengan un deje de tristeza o nostalgia, bs